Rulo: «La subida del IVA cultural es una estocada prácticamente de muerte»

Publicado: 25 de septiembre de 2012 en Entrevistas
Etiquetas:

Con el corazón en la mano, escupiendo honestidad por los ojos. Así nos habló Rulo sobre su nuevo proyecto con La Contrabanda. Dos años después de comenzar su carrera en solitario con ‘Señales de Humo’, el cántabro vuelve a la carga con un trabajo auténtico, repleto de poesía callejera y rock de asfalto aderezado con nuevas mezclas que configuran un disco único.

Hoy sale a la venta en toda España ‘Especies en Extinción’, once temas que arañan el alma con mensajes sinceros y música potente. Desde canciones frágiles a temas más duros, este nuevo proyecto mantiene la esencia de un Rulo que cada vez pisa más fuerte dentro de su nueva etapa.

Tras su polémica salida de La Fuga, el grupo que le vio madurar como artista, Raúl Gutiérrez continúa al pie del cañón dejando patente que para él cantar siempre será el mejor veneno. Con más de 47.000 fans en Facebook y casi veinte años de música a las espaldas, el del pelo largo y el ruido ensordecedor es uno de los cantantes de rock más consolidados de nuestro país. Algo nada fácil de conseguir en este oficio que te escoge, en este veneno que te atrapa.

‘ESPECIES EN EXTINCIÓN’

El nuevo disco es muy variopinto, pero se nota que todas las canciones tienen tu firma. ¿Cuál era tu reto como creador del proyecto?

Estaba premeditadísimo que ninguna canción se pareciera entre sí mucho. Cuando componía, si ya tenía cuatro o cinco y alguna se parecía, las descartaba para un siguiente disco. Por ejemplo hay una canción que se llama ‘Canciones y tragos’, que tiene el rollo de ‘El Vals del Adiós’, ese rollo tabernero, y no la he metido. No me gustan esos discos que son todas muy iguales. Quería que pasaran cosas y para mí como compositor era un reto y ha sido muy divertido.

Pero también lo que dices tú. A James Taylor le oí decir una vez: «Cada vez que creo que he hecho un disco un poco diferente, ya está el público para recordarme que es más de lo mismo». Tengo esa sensación. Ninguna de las once es parecida a otra, pero ya entra la voz y te lo unifica todo. Hay gente que agradece que sean diferentes, y hay gente que prefiere que hagas la misma canción toda la vida. Pero yo digo que yo ya compuse ‘Pa’aquí pa’allá’ y ‘Heridas del Rock and Roll’ una vez e intento no repetirme.

También era importante para ti que el disco sólo tuviese 11 canciones…

Sí, de hecho ‘A Solas’, que es la última que compuse, expulsó otra. Una que va a ir en iTunes de regalo, y que se llama ‘Esperando el Anticiclón’. Yo no estaba del todo confiado con esa canción y aun cuando ya habían grabado las bases rítmicas, yo estaba todavía componiendo. Sabía que ésa no la quería en el disco porque quería 11 canciones. Más de 40 minutos me parece un disco largo. Yo creo en los discos cortos, que acabe y pienses que lo quieres volver a poner.

¿Hay mucho material que finalmente no ha entrado?

Se han caído dos que van a iTunes: ‘Esperando el Anticiclón’ y ‘Delirios locos’. Son dos canciones que a mí me gustan mucho, pero nos hemos quedado con lo mejor. Aunque sé que esas dos a la gente le van a gustar. Y luego otra que se llama ‘La Cuesta de tu Corazón’. Ésa no la hemos grabado, la tenemos grabada en casa, la tenemos la banda, pero creo que nunca verá la luz. Yo creo que no tiene el nivel suficiente. La criba de las canciones la hago yo personalmente aunque también la banda me ayuda cuando tengo dudas. Tiene que ser algo que te lata, que por dentro digas que esa canción tiene algo. Y a ‘La Cuesta de tu Corazón» creo que le falta algo, no verá la luz.

¿El resto de las que no han entrado irá para un siguiente trabajo?

Claro. Grabadas hay 14. Luego está ‘Canciones y Tragos’, que es una canción que le he hecho a Fito, y que irá para el siguiente seguro. Y luego otra que se llama ‘Esa Gran Mentira’. Hay varias, que las trabajaremos, las maquetaremos y si nos gustan sí irán en un próximo proyecto.

El single ha sido ‘Divididos’, ¿cómo se ha hecho esta elección?

La discográfica quería ‘Divididos’. A mí ‘Buscando al Mar’ me tiene muy enganchado. Es un poco como la ‘Heridas del Rock and Roll’ de este disco, más profunda. Pero me gusta también que opine la gente. Me daba un poco igual, salvo que no fuera ‘El Vals del Adiós’, porque es la más diferente y porque canta Bunbury y no mola que un primer single sea una colaboración. ‘Buscando el Mar’ es la anteúltima que compuse.

Las últimas canciones compuestas siempre son las más importantes para el disco…

Sí, fíjate qué curiosidad. Con ‘Señales de Humo’ las dos últimas canciones que compuse fueron ‘La Cabecita Loca’ y ‘Heridas del Rock and Roll’. Dos canciones que fueron muy importantes. Y con este disco ya habíamos ido a maquetar dos veces al estudio, pero yo sabía que faltaba una canción como ‘Buscando el Mar’. Estuve un mes obsesionado con esa canción, hasta que la conseguí. Nos fuimos a grabar y con ‘Esperando el Anticiclón’ yo no estaba del todo a gusto. Grabaron los bajos y las baterías y cuando se empezó a grabar guitarras yo me marché a casa cinco días para componer. Estaba buscando esa canción. ‘A solas’ es la canción que yo tenía en la puta cabeza. Por eso estoy contento, porque el disco que yo tenía en la cabeza lo tengo.

El videoclip de ‘Divididos’ está rodado en tu tierra, con tu familia, ¿cómo fue la grabación?

Yo siempre hago mil cosas en Reinosa, hablo demasiado de ella. Pero esta vez la idea fue de Jota Aronak, el director del vídeo. El reto era hacerlo sin que fuera muy panfletario ni que pareciera muy chabacano. Y me dijo que íbamos a rodar en Reinosa, porque para cortar una calle era más fácil y allí todo eran facilidades. Ha colaborado la compañía de teatro de Corocotta, y la compañía del Imserso.

Sale mi hija en la bici, porque me apetecía. Sale mi padre porque es de la compañía del Imserso, y salió casi por cojones. Y mi abuelo, que está malito de cáncer y lo está pasando mal y yo quería que saliera, porque el vídeo es eterno. Salen muchos amigos míos y me hace mucha ilusión, es un rollo sentimental muy fuerte. Pero esta vez no me voy a colgar la medalla de que fue idea mía grabar en Reinosa. No veas lo que se montó allí. La gente ve tres minutos y medio, pero fue una semana entera organizando todo, cien extras… Es una locura. Una locura maravillosa.

¿Qué ha supuesto la colaboración de Bunbury?

Todavía me estoy pellizcando porque le admiro mucho. Tengo un top 10 de cantantes que me han marcado muchísimo y entre ellos, que son muy variopintos, siempre ha estado Enrique. Admiro muchísimo lo que hizo con Héroes y cómo maduró él como solista. Cuando compuse ‘El Vals del Adiós’ pensé en él. Luego me llamó para cantar con él ‘Porque las Cosas Cambian’, una canción que a mí me venía muy bien porque era muy simbólica: porque yo venía de romper con un grupo y porque las cosas cambian. La canté con él en Santander y cuando estaba encima del escenario pensé: “Qué bonita es la música que te da estos detalles, estos regalos”.

Ese día no me atreví a decirle nada, pero cuando ya pasaron un par de meses se la pasé y le dije que si le apetecía hacerla, de puta madre; y si no, también. Porque no mola cuando comprometes a la gente. Mola que las cosas salgan de corazón y con el gusto con el que lo ha hecho él. Como cuando a mí me llama alguien alguna vez para colaborar: si no conozco, no voy. Pero si ya hay alguna borrachera de por medio… No digo que haya amistad, pero un colegueo, unos contactos, una admiración mutua. Se nota que Enrique lo ha hecho con un gustazo increíble, lo ha bordado.

RULO, RAÚL

¿Cómo decides en qué proyectos colaboras tú?

Alguna vez me he visto que por no decir que no, tengo dos días libres y los sacrifico de no estar con mi hija por estar en un estudio de grabación de a tomar por culo, con gente que no conozco y que no sé su obra. Yo respeto mucho quien está en 40 discos, pero yo prefiero estar en uno y estar de corazón. Lo bonito es que haya una admiración mutua y que sobre todo haya un contacto previo. Yo colaboré con Jere, porque creo mucho en él, me gusta muchísimo. Es un tío que conocía, le había invitado a cantar muchas veces con La Fuga y siento mucha admiración por lo que hace. Así que canto en su disco y voy donde haga falta. Creo que tiene que haber un poco de feeling.

Tras finalizar tu etapa anterior te dedicaste a viajar, ¿fue una ayuda para componer?

Yo soy de viajar mucho. Soy viajero por dos motivos: por mi trabajo y por pura vocación. Si tengo un mes libre no me suelo quedar en Reinosa, me voy, me escapo. A lo que dice la canción de «yo quemo los billetes en guitarras y en cantinas», habría que añadir «y en viajar», pero no rimaba (risas). Son mis tres pasiones. Con el primer disco no era por huir de lo que me pasó con La Fuga, pero en Reinosa yo tenía que estar todo el rato hablando de ello. Para encontrar la tranquilidad me dediqué a componer. Y en este disco, como ya todo eso pasó, viajé mucho a título personal, pero prácticamente no escribí, porque ya tenía la calma suficiente. Este disco es el primero que he compuesto en mi carrera estando en gira. Antes siempre terminaba una gira y dedicaba un año a componer. Eso no lo vuelvo a hacer nunca. Ahora estoy haciendo ‘La Flor 2’. Nunca pensé que haría la segunda parte de una canción…

¿Volverás a Londres con este disco?

Yo creo que sí, pero siempre dejo claro que eso es una anécdota. Yo toco en México y cada vez va más gente, o tocas en Argentina y va a verte gente del lugar. En Londres, en el fondo, no estás haciendo una carrera en Inglaterra, estás tocando para público español. Que es un lujo, es un puntazo, y nos lo pasamos de la hostia. Pero tú no vas a tocar a Inglaterra diez bolos. Nosotros nos lo tomamos como excursión de fin de gira, fin de curso… A Londres seguro que volvemos, pero diferenciando que no es una gira, es una anécdota preciosa, pero es una anécdota. Por ejemplo México, Colombia, Argentina… todo lo que se quiera hacer es para ir todos los años, asiduamente, e ir creciendo allí.

Gira asegurada por América, por tanto.

Este año sí que iremos más a América que con el anterior disco. Quiero ir a países que nunca he ido, pero ni con La Fuga. Nunca he ido a Colombia, y allí hay un club de fans de doscientas y pico personas. Quiero ir. A Warner estoy todo el día diciéndoles «o vamos u os mando al carajo» (risas). O me mandarán ellos a mí al carajo porque me voy a poner muy pesado.

EL ARTISTA Y LA RED

Tienes mucha presencia en Facebook, aunque en Twitter te está costando un poco más…

Twitter es más cabrón, porque es más personal. Yo me veía escribiendo «estoy en la playa», ¿a quién cojones le importará que yo esté en la playa? Pero ahora todos los músicos tienen Twitter, así que voy a probar. Me siento más cómodo en Facebook. La gente sabe que soy yo, no permitiría que nadie escribiera por mí. Pero al Twitter le voy a dar una segunda oportunidad. Segunda y última.

Allí incluso te suplantaron.

Sí. Joder, es que con eso de Twitter yo flipo mucho. Me empezó a decir gente que sabía que obviamente no era yo, por las cosas raras que ponía. Siempre habrá alguno que pensaría que era yo y que era un idiota, pero bueno. Otros, aunque sepan que soy yo en el Facebook piensan que soy un idiota. Miguel lo llamó y le dijo que cortase con ello por las buenas porque por las malas, eso era ilegal, estaba suplantando una identidad. Y el tío se empezó a acojonar, dijo que era para presionarme para que me hiciera un Twitter. Pues al final lo ha conseguido, el hijo puta, me cago… no lo había pensado (risas).

¿Qué supone para ti como artista el uso de las redes sociales?

Lo bueno de Facebook es que no es como los foros esos que no puedes ni entrar porque con el anonimato todos somos idiotas. El Facebook, como son comentarios de gente que da un poco más la cara, pues suele haber críticas guapas, malas, pero con cierto sentido. Y a mí me sirve para echarle un poco el pulso a la gente. Si me están diciendo que soy de puta madre todo el día me voy a relajar, el halago no es bueno. De hecho a mi me hace más favor casi un tío que me mete caña, porque me mantiene currando. Facebook me sirve por si quiero ver el pálpito de la gente, y porque si quiero contar algo no tengo que tener un intermediario. Cuando yo era fan de muchos grupos de crío, me compraba la ‘Heavy Rock’ y leía un poco sobre ellos. Ahora si un grupo me gusta y me quiere decir algo, pues es inmediato. Es brutal. Yo con el Facebook, contentísimo.

La otra cara de la moneda de internet son las descargas ilegales, ¿qué opinas sobre este tema?

Es una putada. Yo pensaba que con internet los grupos nuevos lo iban a tener mejor, pero es mentira. Antes Warner fichaba al año no sé cuántos grupos nuevos. Arriesgaban. Apostaban. Ahora es imposible, casi ni va bien con los grupos que funcionan. Hoy en día sacar un disco parece una locura, por eso hacemos el disco libro, que lo hueles, lo lees.Con ‘Señales de Humo’ el público nos dio un poco la razón. Nos curramos un disco libro, que encima a mí me encanta diseñarlo y crearlo, y la gente va y lo compra. Se vendieron 20.000 discos, que es una salvajada hoy en día.

Pero si no se paga por la música nunca nada, no hay recursos, se tienen que hacer unos malabares de la hostia para sacar todo adelante. Y vale que las discográficas se forraron mucho en su día, pero es que los primeros en caer no han sido los gerifaltes de las discográficas, sino gente currante. Es una pena, pero por otro lado tiene su parte buena para las bandas porque el disco no ha salido en Colombia pero la gente lo oye. Yo creo que es necesario un equilibrio entre el todo gratis y el precio abusivo. Tenemos que tomar conciencia de que no puede ser todo gratis. Y luego lo del IVA, nos iban a poner del 8 al 10. Todo el mundo lo suponía. Y de repente, del 8 al 21. Eso es una estocada prácticamente de muerte. Nunca ha sido fácil ser músico, siempre ha sido una pelea. Una pelea preciosa, pero una pelea.

SENSACIONES

De cara al lanzamiento del disco y después de tantos años, ¿sigues teniendo miedo?

Tengo ese gusanillo tan bonito. Yo soy un cabrón egoísta. Porque yo el disco lo hago para felicidad mía plena y absoluta. Lo que pasa es que cuando ya se graba, cuando falta poco para el lanzamiento, empiezo a pensar “que le guste a la peña también” (risas). Reconozco que soy muy egoísta en un principio. Soy doblemente egoísta, porque encima que lo hago para disfrute mío, quiero que a la gente le guste.

Haces el disco para ti, pero eres consciente de que la gente ríe, llora y se emociona con él y de que son fieles a tus canciones porque las sienten, ¿cómo se vive eso?

No piensas en ello. En realidad si te paras a pensar todo el rato lo que puede suponer la música para la peña, estarías siempre como un poco conmovido. Yo me conmuevo cuando me lo cuentan en las firmas de discos, que es donde más contacto tengo con la gente y me cuentan mil cosas muy bonitas. En el fondo es lo que me pasa a mí con música de otras personas. En este caso el protagonista soy yo, pero tampoco puedes vivir de ello.

¿Podemos conocerte por tus canciones?

Hay mucho de autobiografía en todas, aunque no por ello son mejores, yo soy muy seguidor de mucha gente que cogen prestado. En lo mío hay mucho de biografía. A veces me he conocido por mis propias canciones, pero no quiere decir que alguien me conozca por ellas. Hay canciones como ‘Por Morder tus Labios’, que es como poner el corazón en casa de la gente, como un desnudo integral. Hay mucho de autobiografía, pero no sé cuánto se me puede conocer por ellas, me has dejado dudando.

Deja un comentario